La nación de Israel había seguido en paz por varios años bajo el liderazgo de hombres humildes y sinceros, Tola y Jair, como vimos la semana pasada. Parece ser inevitable que no sigue por mucho tiempo tales circunstancias cuando se pegaban con fidelidad a su Dios Jehová con constancia tras varias generaciones, sino una caída repetida es el patrón. Así con tristeza leemos de la repetición, aunque esta vez peor que nunca, de abandonar a Jehová en favor de otros dioses. Conociendo nuestros propios corazones, nosotros pecadores salvados y redimidos en el día de la gracia con todas las bendiciones del cristianismo y el Espíritu de Dios morando siempre en nuestros corazones, podemos apreciar las tendencias de la carne siempre buscar otra cosa que la comunión con Cristo. Vemos la multitud de dioses que Israel buscaba.
“Pero los hijos de Israel volvieron a hacer lo malo ante los ojos de Jehová, y sirvieron a los baales y a Astarot, a los dioses de Siria, a los dioses de Sidón, a los dioses de Moab, a los dioses de los hijos de Amón y a los dioses de los filisteos; y dejaron a Jehová, y no le sirvieron”.
Son siete las clases de dioses que siguieron. ¡Cuántas veces hemos visto el número siete clasificado como la suma de perfección en las cosas de Dios! ¡Qué triste ahora verlo relacionado con la pluralidad de las distracciones de la adoración del Dios verdadero! Acaso se puede decir que la carne es muy flexible en sus deseos carnales. A uno la atracción puede ser de la ganancia en este mundo; en otro acaso algún lugar de preeminencia como la política. En otros acaso los deseo de la sexualidad, pornografía, y fornicación. Otros se meten en las atracciones de alcohol o drogas y otros, en apostar esperando ganar algo en el casino. En algunos casos, la partida es obvia; en otros casos, casi no se nota pero tenga en cuenta que nada se esconde del ojo de Dios, que nos conoce perfectamente bien.
En el caso de Israel, vemos las palabras tan repetidas “oprimieron y quebrantaron a los hijos de Israel en aquel tiempo dieciocho años …. y fue afligido Israel en gran maner”. ¿No es siempre así, mis amados hermanos? Satanás siempre dice al cristiano “esta vez te va a salir bien. Puedes esta vez someterte a esta tentación sin consecuencias y te vas a divertir”. Pero como nos dice el Señor Jesús acerca de Satanás “porque es mentiroso, y padre de mentira”. Juan 8:44 No es consolador también pues Israel fue afligido en gran manera e igual nosotros, cuando escuchamos la voz del enemigo.
Pero nuestro Dios es longánimo y si no aprendemos otra cosa del libro de los Jueces, seguro que vemos esta lección repetida una y otra vez. “Y los hijos de Israel respondieron a Jehová: Hemos pecado; haz tú con nosotros como bien te parezca; sólo te rogamos que nos libres en este día. Y quitaron de entre sí los dioses ajenos, y sirvieron a Jehová; y él fue angustiado a causa de la aflicción de Israel”. Es obvio que clamaron a Jehová aun estando con los ídolos extranjeros en sus casas pues antes Jehová los dijo “Andad y clamad a los dioses que os habéis elegido; que os libren ellos en el tiempo de vuestra aflicción”. Pero no, ellos sabían que a pesar de su devoción a estos ídolos no eran ni capaces ni disponibles para cualquier ayuda. Así el drogadicto sabe que su vicio solo lo va a degradar más y más. Pero aun así, no lo suelta ni tiene la menor idea que tal vicio será camino a la bendición y felicidad otra vez. Así en su angustia, oprimidos por las mismas naciones cuyos dioses habían aferrado, claman al Dios verdadero y se ve “y él fue angustiado a causa de la aflicción de Israel”.
Así nosotros, con más razón, confiamos que conocemos el mismo Dios, pero manifestado en perfección en la persona de su amado hijo. “Pero tuvimos en nosotros mismos sentencia de muerte, para que no confiásemos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos; el cual nos libró, y nos libra, y en quien esperamos que aún nos librará, de tan gran muerte”. 2 Corintios 1:9-10
“Y los príncipes y el pueblo de Galaad dijeron el uno al otro: ¿Quién comenzará la batalla contra los hijos de Amón? Será caudillo sobre todos los que habitan en Galaad”. Galaad estaba en el lado este del rio Jordan. Era común que los ataques allí empezaron y con frecuencia los enemigos cruzaron el rio Jordan para pelear con lo demás de Israel. Así los que habían escogido un lugar fuera de los extremos de Israel por sus muchos ganados se encuentran como el objeto primero de las acechanzas de los enemigos de Israel. ¿No hay allí una lección por nosotros? Si seguimos de lejos como hacia Pedro a Jesús, seremos los primero que caigan en la batalla.
Buscaron su líder y su líder llega a ser según su condición degradada. “Jefté galaadita era esforzado y valeroso; era hijo de una mujer ramera, y el padre de Jefté era Galaad. Pero la mujer de Galaad le dio hijos, los cuales, cuando crecieron, echaron fuera a Jefté, diciéndole: No heredarás en la casa de nuestro padre, porque eres hijo de otra mujer. Huyó, pues, Jefté de sus hermanos, y habitó en tierra de Tob; y se juntaron con él hombres ociosos, los cuales salían con él”. Jefté era el hombre rechazado por su parentesco vergonzoso, pero es nombrado entre los hombres de fe en Hebreos 11 y así tenemos lecciones que podemos tomar de este hombre que empezaba su carrera rodeado con seguidores de baja calidad, “hombres ociosos, los cuales salían con él”. Consideramos esto, Dios mediante, la semana que viene.
6 mayo de 2018